Miguel Hernández comenzó su comparecencia ante los medios de comunicación con una sensación de satisfacción plena, la que da haber conseguido la clasificación para la Copa de España. Un éxito deportivo que llega tres años después de una profunda remodelación de la plantilla, dando inicio a un proyecto de gente joven que poco a poco va ganando su sitio en la máxima categoría. Además, el logro llega también en el primer año de Miguel al frente del equipo, tras la salida de Imanol Arregui en el pasado verano.
«Siento tranquilidad. Es el premio a un club, a una afición, a un equipo que lleva dos o tres años haciéndose y que hoy ha conseguido sacar esa cabecita, meterse otra vez entre los primeros de la mejor liga del mundo y no toca más que disfrutar y seguir insistiendo. Hay que seguir siendo ambiciosos porque esto tiene que ser un empujón de confianza, de autoestima. De aquí para arriba», manifestaba ante los periodistas.
El entrenador de Xota le daba valor a lo materializado, con una plantilla renovada hace tres temporadas, y no se quería olvidar de todo el trabajo hecho desde entonces con Imanol Arregui: «Los equipos humildes tenemos estas cosas. Vamos por ciclos y yo me quiero acordar de Imanol y de toda esta gente que cuando el tema estaba complicado, fue el que arrancó todo esto otra vez. Nosotros hemos sido los que hemos conseguido el premio, al final».
Llegaba incluso a emocionarse, restándose protagonismo y dándoselo al club en general: «Hay muchísima gente empujando. Yo lo único que he hecho ha sido poner de acuerdo a todo el mundo. El trabajo estaba ahí, había que sacarlo y no tengo ningún mérito más que ese. Esto es un punto de inflexión para el equipo, para el club, para la afición… Volver a ver otra vez a ese Xota que vimos. Ahora toca disfrutar».
