El entrenador de Osasuna Magna Xota hacía valoración de lo que ha sido su primera temporada al frente del equipo, después de que Imanol Arregui dejase el cargo tras 22 años como entrenador. Miguel Hernández ha dado valor a todo el trabajo que se ha hecho desde los diferentes estamentos del club, especialmente el de sus jugadores: «A nivel personal ha sido una temporada preciosa, maravillosa, con un reto espectacular. Al final las temporadas son muy largas y tiene que pasar de todo. Han de haber momentos buenos, otros momentos no tan buenos, otros de aprender, de disfrutar, momentos de agarrarse al equipo y al compromiso para sacar los puntos… Eso es lo que ha sido esta temporada. Después de la salida de Imanol es normal que se arrancase con esa incertidumbre. Una persona que llevaba aquí tantos años… Cogí el desafío y gracias a toda la gente que está detrás empujando ha quedado una temporada bonita», afirmaba en rueda de prensa.
También reconocía que pese a haber logrado el objetivo de la salvación, el final podía haber sido otro mejor en cuanto a resultados, tras una segunda vuelta en la que el equipo quedó condicionado por las lesiones: «Nos deja ese sabor final de que somos una plantilla corta y cualquier desafía o contrariedad nos afecta de manera determinante a lo que quede de temporada. El equipo leyó muy bien cómo había que empezar y eso nos dio un valor, una autoestima y una seguridad que nos permitió como premio meternos en una Copa de España, que posiblemente sea para todos el trofeo más bonito de la liga española. Somos un equipo difícil de batir, que va con su modelo de juego, el cual nos hace diferentes a los demás y que nos da ese valor añadido. Tuvimos la mala suerte de la lesión de Jhonatan, en una temporada muy especial por la cantidad de parones… La lesión de Jhonas también nos dio valor porque hubo gente que tenía que dar ese paso hacia adelante y lo ha dado. También recuperamos a ‘Palote’, que nos dio más valor, y a pesar de no conseguir los resultados en esta segunda vuelta, el equipo ha competido hasta el límite».
En cuanto a esa capacidad de competir hasta el final, Miguel Hernández se acordaba de los jugadores del filial. Tanto es así que Oier Aguirre, Luis Evangelio, Carlos Larrayoz y Joan Aoiz llegaron a debutar: «Han debutado chavales, algo que es importante. Y no solo eso, sino que nos han mantenido a full durante los entrenamientos. Gracias a todos por su disponibilidad. Jon también nos echó una mano en esos primeros meses previos a la cesión», recordaba el técnico navarro al jugador de Irurtzun cedido en Ejido.
Respecto al futuro y sabedores de las dos bajas con las que cuenta en estos momentos el equipo, Linhares y Fabinho, Miguel normaliza sus salidas y se muestra convencido de que vendrán jugadores igualmente capacitados: «Hemos de seguir aprendiendo. Ahora hay jugadores que salen como es el caso de Jhonatan y Fabinho, pero vendrán otros. Cuando ellos vinieron también salían otros y hubo que acoger a los que vinieron. Ahora acogeremos a otros y los que estamos tendremos que enseñarles qué es este club. No podemos perder ese rumbo de lo que somos. Hay que trabajar, estar juntos, comprometidos y sentirnos identificados con el modelo de juego», insistía.
Por último también agradecía el apoyo de la afición, a la que pide seguir confiando en el trabajo del club: «A la sociedad navarra también hay que agradecerles todo lo que nos han apoyado durante el año. El próximo año se presenta un desafío igual o mayor que el de este año y cuantos más seamos, todo será más sencillo, repartiendo entre más gente las alegrías».