Dominó Osasuna Magna desde un inicio. Los rojillos se adueñaron del balón y su mayor control técnico y táctico posibilitó que los de Pamplona se adelantasen al minuto 3 de juego. Toni Escribano remató al fondo de la red un pase franco de gol que no desaprovechó en la primera llegada con peligro.
A pesar de la ventaja en el marcador, en defensa hubo aspectos que mejorar. Los locales generaban peligro al contragolpe y en su primera llegada sobre la meta del Xota era Oihan Sánchez el que evitaba el empate con una gran intervención. El joven portero se hizo grande para tapar el espacio frente al atacante. Después, Jaime Garbayo profundizaba por el ala izquierda y su golpeo daba en el poste. Tras ese susto, primero Fabinho y después Carlos Vento gozaron de claros remates a puerta, sin que ninguno de los dos lograse definir en gol. Quien sí lo hizo a los 11 minutos de partido fue Dani Zurdo, con una habilidosa acción personal con la que se zafó de su marca y remató ajustado al palo (0-2). Tras el gol Imanol Arregui pidió tiempo muerto para ajustar al equipo, momento desde el que los rojillos aumentaron su control defensivo y ofensivo.
Los minutos posteriores depararon un monólogo de Osasuna, que ejercía una mayor velocidad con y sin balón. De esa manera llegaron más goles. Fabinho remató con potencia un tiro ajustado al palo tras un saque de córner en el minuto 15, haciendo el 0-3. Dos minutos después hacía el 0-4 tras culminar una pared con Raúl Rocha. Ya en el 18 fue Josu Mendive el que subió el 0-5 al marcador acabando con disparo cruzado una rápida internada por la derecha. Con ese marcador se macharían ambos equipos a vestuarios.
La reanudación del partido en la segunda mitad fue eléctrica. Tres llegadas y tres goles. Roberto Martil anotaba dos y Toni Escribano sumaba un nuevo tanto personal para establecer el 0-8. Fueron jugadas combinativas y ante una poblada defensa rival. Osasuna Magna no aflojaba y Juninho hacía el noveno gol de la noche en el minuto 27 tras una recuperación en la frontal. El décimo llegaría en la jugada inmediatamente posterior, con una asistencia de Carlos Vento a Fabinho que el brasileño convertía en su hat-trick personal.
Pese a la abultada diferencia en el marcador los dos equipos buscaban dar un partido vistoso a los aficionados presentes en el pabellón. Nunca bajaron la intensidad. Así, el esfuerzo también se vio recompensado para el cuadro ribero, que en el 32 de partido lograba hacer el 1-10. Antonio Casas fue el autor del gol. Antes, Oihan Sánchez había tenido dos intervenciones destacadas a sendos disparos lejanos.
Llegados al tramo final del partido Fabinho colocó el 1-11 y después Juninho dispuso de un doble penalti que el portero logró despejar. A todo esto el Cintruénigo no jugaba de cinco, aunque en ocasiones su meta buscaba salir con el balón controlado por el perfil derecho. Carlos Vento en el 39 y Raúl Rocha en el 40 completaron la lluvia de goles (1-13).
