A sus 22 años y natural de Galicia, Pablo García ‘Pachu’ vive sus primeras semanas en Pamplona. Llegó a Osasuna Magna en el pasado mercado veraniego para defender los intereses del equipo navarro durante las próximas tres temporadas. Trascurridas dos jornadas de liga y una vez ya instalado en su nueva casa hemos hablado con él para conocerle de más cerca.
«La adaptación está siendo muy buena. Los compañeros me han acogido muy bien y con mis compañeros de piso, Toni y Pulga, también estoy muy bien, No tengo ninguna queja. Me hacen el día mucho más fácil», explica sentado en uno de los bancos del recinto amurallado la Ciudadela de Pamplona.
‘Pachu’, así es como le llaman en el ámbito deportivo, acude cada mañana a entrenar junto a sus compañeros, para después a las tardes poder descansar y socializar. «Mi día a día se resume en levantarme, ir a entrenar, llegar a casa, comer, dormir una pequeña siesta que a veces no es tan pequeña -ríe- y luego me gusta ir al gimnasio, salir a dar un paseo e incluso tomar algo con ellos -sus compañeros de piso-. A veces jugamos a las cartas en casa y nos picamos un poco. Luego ya toca cenar, ver alguna serie, hablar con mis padres o con mi novia para desconectar y acostarme. Hay que descansar para el día siguiente», afirma.
Preguntado por el trato que recibe de la gente, Pachu confiesa que le sorprendió la cercanía, tanto del del vestuario como del resto de integrantes del club. También considera que la personalidad de la gente de Pamplona es así, muy cercana: «Desde que llegué el trato ha sido increíble. Tanto el mister, los directivos, la gente del club… Todo el mundo es muy cercano y eso es algo que me chocó para bien. Lo mismo en el vestuario, donde todos si te tienen que ayudar te ayudan con cualquier cosa. Hablas con todo el mundo sin tener ningún problema y creo que esa unión, esa piña, nos va a venir muy bien para la temporada. Eso es algo que hace mucho grupo y es identidad de club. Estoy muy contento con esta situación de unión, de piña y de equipo».
En cuanto a la ciudad que le ha acogido, considera que Pamplona «está muy bien. Es pequeña comparada con Valencia, de donde vengo, pero es muy acogedora. Es una ciudad muy cómoda en la que todo queda cerca y tiene zonas verdes como la Taconera y la Ciudadela que son muy bonitas para pasear. He venido algún día a dar algún paseo por la tarde o incluso para desconectar y está muy bien. Después la zona del centro también es muy bonita, muy histórica y tiene mucho ambiente. La adaptación a la ciudad está muy bien, aunque la única pega que le pongo es el clima, pero siendo yo gallego tampoco me molesta mucho. Por el resto todo muy bien, con ganas de seguir aquí y la verdad que el día a día y la vida en Pamplona está muy bien».