La grave lesión de rodilla que padeció Roberto Martil supuso un antes y un después en su situación deportiva. Una lesión que como él mismo decía en su acto de despedida, «parece que es algo malo», pero que sin embargo le «abrió otro camino». El capitán de Xota aprovechaba esa circunstancia para agradecer a Miguel Hernández su confianza depositada en él para permitirle ayudar como segundo entrenador del equipo, faceta que compaginó la pasada temporada al mismo tiempo de ser jugador.
«La rodilla no me ha quedado igual, ni funciona igual que antes. Puede que sea una razón importante de mi retirada, pero siempre he pensado que igual me ha venido bien por otra parte. Se me abrió otro camino y una persona me abrió sus brazos. No me lo esperaba y aunque en un principio fui un poco reacio, esa persona me ha abierto mucho, me ha dado mucha libertad y le tengo mucho que agradecer», decía Roberto en una clara alusión a Miguel Hernández. «Siempre ha sido una persona excepcional», añadía.
Ya sobre el escenario, Miguel reflexionaba sobre las palabras escuchadas de boca del capitán: «La gente recoge lo que siembra y tu estás recogiendo lo que has estado sembrando estos 20 años que has estado con nosotros. Yo solo me he aprovechado de una grandísima persona. Como jugador no voy a decir nada porque en tu currículum está todo. Hay que rodearse de gente mejor que uno para ser mejor en conjunto y eso es lo que yo he procurado hacer contigo. Gracias por compartir este camino hasta hoy y eres un valor para el club. Eres también un embajador como lo es Javi Eseverri y como posiblemente lo serán otros que están ahí sentados – en alusión a los jugadores – y que ocuparán tu hueco. Nos sentimos orgullosos y ahora hemos de caminar más caminos, a parte de este. No todo es el éxito, sino una manera de ver la vida, el deporte y el fútbol sala. Eres una pieza importantísima como toda esa gente que está sentada ahí».
